Yo te duelo en tus sentidos que me evitan y evocan
en delirio de horas nuestras, mientras la Luna se asoma.
Te duelo cuando tus ojos, no me ven… y es tu martirio,
que te duela en madrugadas, sin oir los versos míos.
Te duelo cuando tu gusto, se recuerda el de mi boca,
y tu tacto, sin mis manos, no tiene nido de alondra.
Y te duelen mis fragancias, que no hueles ... y te nombran,
y tu vida sin la mía, que se muere entre las sombras.
Un Te Amo cure todo, y no te duela más nada.
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