¡VÉTE YA!
De pronto estuviste dentro y habitamos-nos, la casa...
No te esperé, mas sabía, que vendrías a mi estancia.
Y así empezamos la historia que tanto luto me causa.
Horrores que no merezco, ni a mis años, ni a mis ansias,
viví en tu compañía mientras morabas… ¡A tus anchas!
Y te fui sufriendo en días, que no merecen mañanas.
Revoloteaste en mi alma y alteraste mi contexto
de sereno hombre en calma y de sentir, tan sincero.
Y de a poco te fui odiando... sin que te amara primero.
Ni plumas tienen tus alas perdidas en tanto empeño
de molestarme en agravios, que ya no tienen remedio.
¡Me desharé hoy de ti! Aunque sólo quede, empero.
Confieso… ¡Quise matarte! Pero ahora que lo pienso
mejor te abro la puerta y te digo… en mi silencio
aquello que debí siempre no haber perdido en sosiegos.
...
...
...
...
¡Fuera mosca!… ¡Vete ya!...
¡Ha fenecido lo nuestro!
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Daniel Palavecino
Derechos de Autor
29-1-2015
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