Es que trasciende tu mente
y no puedes controlarla.
Mas te preguntas: ¿Qué hago?
y no te respondes, pues nada
puede venir del cerebro
si es -Amor- de lo que se habla.
Mejor fluir aún en sombras
hacia esa luz tan preciada,
que no te mancha, ni daña
el perdonar en tus ansias;
igual que ya lo hice yo
abriendo bien grande el alma
para que huya el pasado,
y el presente sea un premio
a tu nobleza y agallas.
Daniel Palavecino
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5 Octubre 2008
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