P or siempre nos vuelen aves que nos compartan su nido.
A viesos Seres que nunca, en hijos, tendrán olvido.
D uendes selectos de Dios, que nos regalan la vida.
R ecuerda siempre, ese amor, jamás habrá de fallarte.
E n alas que vuelan siempre, aunque las lleven heridas.
F elices los que tenemos su presencia aún constante,
E n el diario trajinar, del vivir, como estandarte.
L uceros que tiñen todo, con luces de amor prístino.
I nmensos barcos, silentes, que portan paz y dulzura.
Z arpando a olas muy altas, nos navegan su destino.
D íme al fin mi buen poeta la palabra que retrate,
Í ntrigante adivinanza que dibujara tu pluma.
Daniel Palavecino
No hay comentarios:
Publicar un comentario