Soplarte pueden los vientos,
más no mellar tu entereza.
Y pelearte con dragones,
con lanza blanca y enhiesta;
y a la vez ser como un Hada
que con su varita a cuestas,
más que deseos concede:
Universos a su vera.
Ser del pétalo… la rosa,
cubierta fiel de rocío.
Y del ave… su aletear,
por campos verdes… y su trino.
Más pastora de tristezas
que vas trocando en sonrisas,
con la magia de tus manos.
¡Todo sana tu caricia!
Yo te saludo en Tu Día
que para mí “lo son todos”
porque siempre eres Madre,
fuente de toda entereza
y de la entrega, valuarte;
más del Amor… Quintaesencia.
Me congratula aún tenerte
y me llena de alegría.
Pero no te tienen todos…
Véngales pues tu conciencia
a decirles “Yo Te Amo”,
Eso Trasciende Presencias.
Siente Hijo este abrazo.
¿Ves?... Para el Amor: huelgan ciencias.
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Daniel Palavecino
Daniel Palavecino
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