Elijo lo bueno de tus manos sabias.
Tantas alboradas de amor enrolado,
en un tinte suave de rosado cielo…
Y los ojos tiernos que nunca han mirado,
nuestros rostros llenos de amor extasiado.
Y no dejes nunca, caricia adorada
de erizar mis vellos con tu risa franca.
Y los escozores de amor escondido,
que aún no sospechan hayamos unido
sendas soledades, que hoy tienen abrigo.
Elijo lo bueno… y aunque la distancia
se me acorte en noches y… me alargue alas
para ir a buscarte allí donde mora,
toda la esperanza blanca de tus olas.
En mi nave, magia, de tantas auroras.
Te escribe y te extraña, alguien que enamoras.
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Daniel Palavecino
Derechos de Autor
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