Silencio que poco dices,
pero nos hablas de todo.
Por palabras infelices,
nos metemos en el lodo.
En música vales tanto,
al igual que los sonidos.
Ven a mí y corre el llanto,
que apena este pecho mio.
al igual que los sonidos.
Ven a mí y corre el llanto,
que apena este pecho mio.
Mortaja de los vocablos,
que viven haciendo ruido.
Pues tus ecos se agigantan,
en las conciencias en vilo.
que viven haciendo ruido.
Pues tus ecos se agigantan,
en las conciencias en vilo.
Silencio que en el sigilo,
de una lengua que no habla.
Serás el mudo testigo.
¡Sin palabras no hay batalla!
de una lengua que no habla.
Serás el mudo testigo.
¡Sin palabras no hay batalla!
Ayúdame con tu vuelo,
Dulce Señor de los Sordos.
Antes que caiga en el suelo.
por hablar más de lo que oigo.
Dulce Señor de los Sordos.
Antes que caiga en el suelo.
por hablar más de lo que oigo.
Daniel Palavecino
Derechos de Autor
8 enero 2008
8 enero 2008
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