¡Como me pesa de duro y triste en las entrañas
la pregunta más ingente, por tenaz y poderosa!
¿POR QUÉ?...
Si ya hace mucho que no pienso que las cosas
me suceden de repente sin causarlas. Mas me dañan...
pues no comprendo, cómo es que he podido crearlas.
¿POR QUÉ?...
Si te hice entrega de lo bueno de mi vida a manos llenas,
arriesgando de mi ser, la existencia y mis logros,
en batallas de excelencia, sin cotos y sin barreras
hoy infeliz percibo de lo nuestro, los despojos...
¿POR QUE? ...
En la penumbra tenebrosa de la noche
cuando las sombras de mis dudas se desatan
y no encuentro avieso, un consuelo que me alivie,
de los enigmas que en mi mente, te retratan.
Tan sólo puedo preguntarme, como un mantra...
¿POR QUÉ? ..
.
.
Busco febril, respuestas por acotar la ignominia,
a la que fui sometido friamente por tus faltas,
para entender con que sentido cruel, el Universo
me infringe esta lección, que a mi alma estigma.
Y en mis dolientes procesos viscerales, se desgastan,
las esperanzas vanas con que se animara, mi verso...
¿POR QUÉ?...
Y es que aún no puedo soportar en mi desgracia,
que tu me faltes, rara, como el agua en el desierto.
Porque no quieres comprender que es tu distancia,
la que me obliga a yacer miserable entre los muertos.
Mas te pervivo en el alma, como la oruga a la crisálida,
y te cohabito en los umbrales grises de tus tiempos;
por laberintos de tu espíritu y de tu amor, en mil intentos...
¿POR QUÉ?...
¿POR QUÉ? ...
¿POR QUÉ? ...
Daniel Palavecino
Derechos de Autor
23 Mayo 2008
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23 Mayo 2008
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